Los hijos de un labrador

29 de mayo de 2007

Los hijos de un labrador estaban peleados. Éste, a pesar de sus muchas recomendaciones, no conseguía con sus argumentos hacerles cambiar de actitud. Decidió que había que conseguirlo con la práctica. Les exhortó a que trajeran un haz de varas. Cuando hicieron lo ordenado, les entregó primero las varas juntas y mandó que la partieran. Aunque se esforzaron no pudieron; a continuación desató el haz y les dio las vara una a una. Al poderlas romper así facilmente dijo: "Pues bien, hijos, también vosotros, si conseguís tener armonía seréis invencibles, ante vuestros enemigos, pero si os peleáis, seréis una presa fácil".
Esopo

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