Un santo sufi

31 de agosto de 2009

Un santo sufi partió en peregrinación a La Meca. Al llegar a las inmediaciones de la ciudad, se tendió junto al camino, agotado del viaje. Y apenas se había dormido cuando se vio bruscamente despertado por un airado peregrino: “¡En este momento en que todos los creyentes inclinan su cabeza hacia La Meca, se te ocurre a ti apuntar con tus pies hacia el sagrado lugar...! ¿Qué clase de musulmán eres tú?”.

El sufi no se movió; se limitó a abrir los ojos y a decir: “Hermano, ¿querrías hacerme el favor de colocar mis pies de manera que no apunten hacia el Señor?”.

La oración de un devoto al Señor Vishnú:

“Señor, te pido perdón por mis tres mayores pecados: ante todo, por haber peregrinado a tus muchos santuarios olvidando que estás presente en todas partes; en segundo lugar, por haber implorado tantas veces tu ayuda olvidando que mi bienestar te preocupa más a ti que a mí; y, por último, por estar aquí pidiéndote que me perdones, cuando sé perfectamente que nuestros pecados nos son perdonados antes de que los cometamos”.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Recuerda no utilizar Mayúsculas e intenta cuidar la ortografía dentro de tus posibilidades.